Es una receta bastante sencilla, se trata del típico "apple pie" americano. Requiere un poco de tiempo y paciencia, ¡pero da unos resultados muy espectaculares!

Ingredientes:


- 2 paquetes de pasta brisa

- 125 g de mantequilla

- 60 ml de agua

- 250ml de azúcar

- 3 cucharadas de harina de trigo

- 8 manzanas Peladas y cortadas


El relleno:

Vamos a hacer una salsa de manzana, con harina para espesar el mismo jugo de la fruta, ésta técnica se usa para hacer distintos tipos de tarta con fruta, así que es importante que aprendáis como se hace.


En una cacerola grande derretir la mantequilla.
Añadir la harina y remover para incorporarla.
Agregar el azúcar y el agua y sin dejar de remover, esperar hasta que hierva.
Incorporar las manzanas.
Cocer la mezcla (¿os he dicho que hay que remover?) durante unos 10 minutos o hasta que veáis que las manzanas están ya bien blandas.
Reservar la mezcla.

La masa:

Como ésta es una receta para cocineros inexpertos usaremos pasta brisa ya hecha, la podéis encontrar en cualquier supermercado.


Untar el monde con mantequilla y cubrir el molde con la primera hoja de pasta.
Cortar la pasta que sobresalga mucho del molde, dejando siempre un poco de pasta "extra" para poder cerrar luego la tarta.
Desenrollar la segunda hoja de pasta, y cortad en ella la forma que más os guste para que la tarta se ventile, en este caso yo he hecho una rejilla.

Montaje de la tarta:

Éste es uno de los pasos más delicados, si no montáis bien la tarta se os abrirá al cocerla, y ya sabéis que la comida además de estar rica ¡tiene que tener buena pinta!


Con una espumadera sacar el relleno de la cacerola y ponerlo en el molde, reservando el jugo.
Con un pincel usar el jugo que ha quedado en la cacerola para pintar el borde que sobresale de la tarta, para que se pegue con la hoja de pasta superior.
Usar la segunda hoja de pasta brisa para cubrir la tarta, recortando las partes que sobren, y enrollando el borde para que no se despegue.
Pintar toda la tarta con la salsa de manzanas restante.

Cocción:

Precalentar el horno a 200ºC
Hornear durante 20 minutos.
Reducir la temperatura a 180ºC y hornear durante 35-45 minutos más.
Cuando la tarta esté ya casi hecha, usar el gratinador para que quede doradita por encima.

Disfrute:

Podéis dejar reposar la tarta y comerla fría, o bien servirla caliente, con una bola de helado de vainilla.